Ven y vive la esencia de nuestra historia en cada plato.
Todo comenzó hace más de tres décadas, cuando una joven pareja, “Manolo y Susi”, decidieron dejar atras su pequeña aldea natal de la comarca de Sanabria. Partieron en busca de oportunidades, con la esperanza de construir un futuro mejor y de ofrecerle a su futura familia una vida llena de estabilidad y posibilidades.
Tras sus primeros pasos en la gran ciudad y ,con mas esfuerzo y corazón que recursos, se embarcaron en el gran reto de construir algo propio. El dia 11 de abril de 1991 levantaron la persiana del “Bar Alcazar”, sin imaginar que ese pequeño rincón se convertiría en el epicentro de tantas historias y momentos inolvidables. Entre risas, largas jornadas y mucha dedicación, el bar ha crecido y evolucionado junto a ellos, manteniendo siempre el espíritu acogedor y familiar que lo caracteriza
Desde entonces, el “Bar Alcazar” no solo ha sido un negocio, sino un reflejo de sus valores: calidez, cercanía y la importancia de los lazos que unen a las personas.
De todas las historias que se han formado en nuestras mesas, la de La Peña de Embajadores es, sin duda, una de las más especiales. Este grupo de amigos convirtió nuestro local en su punto de encuentro oficial y nos invitaron a compartir una gran parte de su historia.
Desde sus primeras quedadas hasta el dia de hoy, el Bar Alcazar ha sido testigo de largas conversaciones, risas interminables, grandes celebraciones, noticias que cambiaron vidas y un sinfín de anécdotas que quedarán para el recuerdo. Hemos visto cómo este grupo de amigos ha evolucionado desde sus primeras cervezas hasta convertirse en compañeros inseparables y, finalmente, en una verdadera familia extendida.
La historia de la Peña Embajadores refleja a la perfección el sueño que Manolo y Susi trajeron desde Sanabria: crear un segundo hogar para todos los que cruzan sus puertas. Porque, al final, este lugar no es solo nuestro, es de todos los que lo hacen suyo.
Desde este portal conectado al mundo de internet queremos agradecer y hacer un pequeño homenaje a todos y cada uno de los clientes que transformaron la vida dura y sacrificada de la hostelería en una experiencia de gratitud, permitiéndonos seguir levantando la persiana dia tras dia.
